19 abril, 2009

huevás

Te hai dado cuenta de la cantidad de huevás que pasan por tu mente y que de repente dan ganas de compartirlas pero luego se te olvidan?

He intentado mil veces de hacer un blog, y lamentablemente mi poca perseverancia para este tipo de cosas no me permite seguir avanzando y se convierte nuevamente en un intento fallido de expresar una opinión constante. Sin embargo, creo que de repente es necesario explorar un poco esa capacidad de darse cuenta de huevás (porque la palabra "cosa" es mucho cuando en verdá es una huevá) y compartirlo con un grupo acotado de personas que está dispuesto a incorporarlas a su registro.

No sé, siempre me acuerdo de una escena de Amélie, cuando la están describiendo y cuentan que ella se fija en cosas que otros no se percatan, como en la mosca que está en la muralla en una escena de sexo en una película. Me habría encantado que Amélie hubiese tenido un blog, quizá qué tipo de cosas escribiría. 

Sin embargo, existen muchas otras Amélies que escriben, y que son también una inspiración, como una amiga que está concursando con su blog. No es tan difícil escribir una opinión. Dejar un comentario en algún foro de cualquier tema. Es tan fácil como comentar una foto de facebook si tienes tu idea clara y estás dispuesto a discutir.

De repente pienso que hay muchas cosas que uno deja de hacer y no te das cuenta hasta que alguna vez lo echaste de menos. Me hubiese gustado mandar un cuento para el Santiago en cien palabras, subir todas las fotos que quisiera a flickr, hacer un stencil en cualquier parte o incluso echar la meá por el balcón cuando me dio la gana.

Hay que tomar decisiones, y hoy decidí comenzar (por enésima vez) un blog y espero mantenerlo hasta que esas huevás que pasan por mi mente quieran manifestarse de otra manera.